domingo, 8 de noviembre de 2015

Magdalenas de toda la vida

Sí, he vuelto. Con esto de las redes sociales, el estrés, el trabajo y todas las excusas que uno pueda imaginar, aquí me tienen. Con una receta viejuna y mil proyectos que, probablemente, se frustrarán por el camino. He dejado de torturarme. Tengo muchas ideas y poco tiempo. O lo administro muy mal, que también puede ser. "El que mucho abarca, poco aprieta", que decía mi abuela. Yo lo encarno perfectamente. Y lo asumo. El caso es que aquí estoy, con una recetita de las de siempre. Unas magdalenas. La receta la he tomado de Webos Fritos, porque es verdad que siempre salen.
Ingredientes: 
1/2 naranja
4 huevos L (o lo que se acerque a 200 grs)
200 grs azúcar
200 grs aceite de girasol
220 harina de repostería
1 puntica de sal
1 sobre de levadura

Esta vez lo hice en la Thermomix, que para algo la tengo. Ahí, juntando lo clásico con lo moderno. Ecléctica, oiga. Ponemos en el vaso la media naranja troceada con la piel, los huevos y el azúcar. 3 minutos a velocidad 5 poniendo 37º de temperatura. Es cierto que la cáscara le da un sabor único, pero reconozco que no me termina de gustar el tropezoncillo. Os sugiero que pulvericéis la piel o que por un lado pongáis los trocitos de naranja y la ralladura (siempre más fina) por otro.

Volvemos a darle 3 minutos, sin temperatura, a velocidad 5. Es hora de añadir el aceite y mezclar 15 segundos a velocidad 5. Agregamos la harina, la levadura y la sal. 8 segundos/velocidad 6.
Y ya. La clave está en reservar la masa en el frigorífico al menos media hora.
Mientras, precalentamos el horno a 250 grados. A continuación, vertemos la masa en las cápsulas (no lo llenemos hasta arriba, se desparramará), espolvoreamos con azúcar y lo llevamos al horno, bajando la temperatura a 220 grados. Cuando veas que están doraditas y que el maravilloso copete parece que se abre, estarán en su punto.
A disfrutar.